"Algunos niñ@s, entre el año y medio y los tres años muerden, generalmente a otros niñ@s. Los mordiscos suele ser un tema que preocupa bastante porque además del mordisco en sí y que la marca se puede prolongarse en el tiempo, genera rabia, frustración e incluso culpa en los adultos.
La etapa en la que aparecen no es casual, es la ETAPA ORAL, en la que los niñ@s utilizan la misma zona tanto para las experiencias placenteras como para la descarga emocional, ya que a estas edades no tienen muchas más herramientas para comunicar su desagrado, ira, frustración, malestar ¡E incluso alegría!, que de forma instintiva.
Alrededor de los 10 meses el bebé ya tiene algunos dientes, y puede comenzar a morder. En este caso corresponde a un descubrimiento de nuevas sensaciones, exploración... Suelen dar manotazos y tirar del pelo pero sin intención de hacer daño, sin emoción de por medio.
Más tarde puede morder como expresión de su malestar, cuando se siente "amenazado", como expresión de su frustración, ira, excitación, sobrecarga de emoción, alegría... Es decir, cuando NO SABE CÓMO EXPRESAR AQUELLO QUE ESTÁ SINTIENDO, SUS EMOCIONES.
A veces la conducta se manifiesta junto a algún acontecimiento que lo desencadena: quiere un juguete, un niñ@ se le acerca, no puede subir al tobogán porque está ocupado... Pero otras veces parece que no haya ocurrido "nada" que lo desencadene. Esto es porque los mordiscos pueden expresar TENSIONES INTERNAS que viven los niñ@s como la ADAPTACIÓN A LA ESCUELA, cambio de casa, nacimiento de un herman@, divorcio, hospitalización de algún familiar, la muerte de alguna persona cercana, tensiones en el hogar...
Como ocurre con las RABIETAS (de las que más adelante aportaremos información a través del blog), los mordiscos son temporales. Es decir, es la forma que tienen de expresar una emoción porque no tienen otros recursos. A estas edades los niñ@s son muy emocionales, su cerebro no está maduro por lo que no pueden planificar las consecuencias de sus acciones (aunque se lo digamos), no son capaces de pensar "si muerdo, haré daño, mejor voy a hablar", además no tienen aún el lenguaje suficiente para expresar lo que sienten y son egocéntricos (no son capaces de ponerse en el lugar del otro).
Al madurar dejarán de morder pero es importante que los adultos los acompañemos de forma adecuada para ayudarles a desarrollar esas capacidades que todavía no poseen, sin humillarlos, ignorarlos o repremir sus emociones.
Tienen derecho a expresar sus emociones lo que pasa es que todavía no saben hacerlo de la forma adecuada.
El niñ@ que muerde necesita ACOMPAÑAMIENTO, como cualquier otro. Siempre tiene que sentir que es querid@, y necesita que el adulto le explique que esa conducta no es la adecuada. Necesita descubrir formas adecuadas de responder y nosotros somos sus modelos.
Un niñ@ que muerde NO ES UN NIÑ@ MALO. Debemos evitar que crea que lo es, que no elabore esa imagen negativa de sí mismo.
Un mordisco contiene bajo simu expresión mucha información que los adultos debemos de llegar a descubrir. Un mordisco es una emoción mal expresada y nuestra labor, lejos de castigarles, gritarles o ignorarlos es DESCUBRIR QUÉ ES LO QUE LA ESTÁ GENERANDO por si en ese caso podemos evitarlo y acompañarlo para que encuentre otras formas de expresar lo que siente"
Información sacada del libro "Ser niños acompañados. Crianza y escuela", de Laura Estremera. Actualmente este libro se titula "Déjalos ser niñ@s", ambos muy recomendados si queréis indagar sobre crianza, desarrollo, sueño, control de esfínteres, etapas de la inteligencia, movimiento libre, el juego...
ALBA
AULA 2-3 AÑOS
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